Descubre la historia de Karla Avelar y Bianka Rodríguez: dos mujeres trans que luchan por un mundo más inclusivo para el colectivo LGTBI en El Salvador.

«Algunos valores deben ser universales, como los Derechos Humanos; la igualdad y la dignidad de cada ser humano». – Bianka Rodríguez (Directora ejecutiva de COMCAVIS TRANS)

Para muchos, conceptos como «derechos humanos» o «dignidad» son hechos, algo que no se pone en duda ni se cuestiona. Sin embargo, viven ajenos a la realidad de miles de personas en todo el mundo; personas que, por su condición sexual o de género, son discriminas, vejadas y hasta asesinadas.

Desde la Fundación por la Justicia, creemos que la única forma de combatir el odio es mediante la información y la educación. Por eso, este artículo trata sobre dos figuras muy importantes para el colectivo LGBTI en El Salvador: Karla Avelar y Bianka Rodríguez. Dos mujeres que han luchado con garras y dientes por ser reconocidas y tratadas con dignidad.

La historia de Karla Avelar

Karla Avelar se define a sí misma en su cuenta de Twitter como: «Mujer trans en busca de un mundo mejor, fiel creyente en el amor al prójimo y enemiga de la mentira». Y es que no cabe la menor duda de que ha sido toda una luchadora por los derechos del colectivo LGBTI en todo el mundo.

Karla nace en enero de 1978 en El Salvador y es ya en su adolescencia que empieza a sufrir discriminación por su identidad de género ya que ella siente que no nació en el cuerpo que le correspondía.

Durante toda su vida se ha tenido que enfrentar a amenazas de muerte, agresiones sexuales y hasta intentos de asesinato.

Pero después de muchos años de calvario, decide que es el momento de luchar contra ello y es en 2008 cuando funda la asociación COMCAVIS TRANS con el objetivo de que otras mujeres trans, como ella, pudieran sentirse escuchadas, identificadas y apoyadas.

Desde ese momento, Karla Avelar decide que va a dedicar su vida a erradicar la transfobia, convirtiéndose en 2013 en la primera mujer trans en denunciar crímenes de odio a la comunidad LGBTI ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos).

Su labor fue reconocida en 2017, cuando es propuesta para los Premios Martín Ennals que apoyan a los defensores de los derechos humanos. Sin embargo, lo que parecía un momento de felicidad se truncó de nuevo ante el secuestro de su madre y la exigencia, por parte de los secuestradores, de entregar el dinero que ganase con mencionado premio a cambio de la libertad de su progenitora.

Este acontecimiento marcó un antes y un después en la vida de Karla, que se ve obligada a abandonar su país natal para buscar refugio en Europa. Actualmente reside en Suiza y es en Ginebra desde donde sigue luchando cada día por un mundo sin odio.

Por desgracia, Karla Avelar no ha sido ni será la única persona trans en sufrir esta discriminación que se extiende a todos los ámbitos de la sociedad y que las lleva, en muchas ocasiones, a ser extorsionadas y obligadas a ejercer la prostitución.

Cuando Bianka Rodríguez se cruza en la vida de Karla

Sin embargo, a pesar de todo lo mencionado, Karla Avelar no está sola.

Otra persona importante para el colectivo y que ha estado a su lado es Bianka Rodríguez, la actual directora de COMCAVIS TRANS.

La historia de Bianka es muy similar a la de Karla y pone de manifiesto la realidad de ser una persona trans en El Salvador y no ajustarte a los cánones heterosexuales establecidos por la sociedad.

Bianka sufrió rechazo desde muy pequeña por parte de su entorno familiar más cercano y bullying en la escuela, lo que le hizo abandonar sus estudios y llegar a pensar que algún día acabaría asesinada como muchas otras mujeres transgénero.

Buscando respuestas y apoyo, se cruzó en su camino la asociación COMCAVIS, lugar donde conoció a Karla, quien se vio reflejada de inmediato en la joven. Más tarde, debido al exilio de esta, Bianka es propuesta para tomar las riendas de la asociación y, aunque la decisión no fue fácil para ella, acabó aceptando para poder seguir con la labor que se estaba llevando a cabo: rendir apoyo y ofrecer ayuda a todas aquellas personas transgénero que lo necesiten.

Cómo es vivir en El Salvador si eres transgénero

El Salvador es uno de los países de América latina con mayor índice de delincuencia a causa de las diferentes pandillas que controlan el territorio. Si a esto le sumamos una sociedad machista y tránsfoba nos encontramos con el escenario propicio para que se lleven a cabo delitos de odio y asesinato contra el colectivo. De hecho, desde 1993 hasta 2018 se han registrado más de 700 casos de asesinatos a personas trans que no han sido resueltos y cuyos ejecutores han quedado impunes.

Debido a esta situación, y a que la justicia del país hace caso omiso al grito de auxilio de estas personas, son cada día más aquellos que se ven obligados a abandonar a sus familias y a su país de origen si quieren llevar una vida en paz.

«Vivimos en una situación donde la sociedad nos discrimina; el Estado nos discrimina» comenta Bianka haciendo hincapié en que el problema es un problema social y que hay que erradicarlo desde la raíz y a todos los niveles: civil e institucional.

COMCAVIS TRANS y su función para la comunidad LGTBI en El Salvador

Como se indica en su propia página web, la asociación COMCAVIS TRANS nace de la necesidad de muchas mujeres del colectivo que se sienten discriminadas, no representadas y faltas de información.

Desde sus inicios en 2008, de la mano de Karla Avelar, ha ido creciendo y evolucionando hasta convertirse en «una organización no gubernamental, apolítica, no religiosa y sin fines de lucro, que tiene como propósito representar, defender, velar y promover los derechos humanos y los intereses de las mujeres TRANS, para favorecer su desarrollo y el respeto de su dignidad humana».

Gracias a COMCAVIS, las personas del colectivo LGBTI de El Salvador, han encontrado un refugio donde sentirse seguros, así como apoyo para luchar por esa igualdad que tanto merecen.