En un momento histórico donde el mundo enfrenta desafíos sin precedentes, incluyendo conflictos armados, cambio climático e inseguridad alimentaria, entre otros, el Comité de Derechos del Niño de la ONU, comunicó la cancelación de su pre-sesión del mes de abril en Ginebra, por falta de liquidez financiera.
A finales del año 2023, solo el 70% de las contribuciones esperadas habían sido recibidas por la ONU, la peor crisis de liquidez en casi una década, lo que ha tenido un efecto directo y profundo en su capacidad para operar eficazmente y llevar a cabo sus mandatos cruciales en defensa de los derechos humanos, ahora más apremiante por la expansión de la guerra en varios continentes.
Nos unimos al llamado urgente expresado por el Comité de Derechos del Niño y a su profunda preocupación por el impacto que esta crisis financiera tiene en su capacidad para mantener el diálogo con actores interesados y vitales, incluyendo a los niños, las organizaciones de la sociedad civil y las agencias ONU. Tales interacciones son fundamentales para realizar el examen del cumplimiento de las obligaciones de los Estados parte en la promoción y protección de los derechos humanos.
Cualquier retraso en estas conversaciones perjudica la protección de la niñez en el mundo, además de incrementar el retraso acumulativo en el trabajo del Comité, ya exacerbado por la pandemia. Para cada país, para cada sociedad, para cada líder, las niñas y los niños deben ser prioridad. Los Estados miembros tienen obligación, desde el derecho internacional y la ética, de renovar su compromiso con todos los niños y niñas y actuar con la urgencia que estos tiempos sin precedentes requieren.