Hay acontecimientos que, por catastróficos y devastadores que sean, traen consigo lo mejor del ser humano.

Lo que relato sucedió en la isla filipina de Siargao, a raíz de la devastación causada por “Odette”, nombre internacional “Rai”, un supertifón de categoría 5 – la máxima categoría registrada – con vientos superiores a los 300 Km/h, que arrasó por completo la isla de Siargao y una docena más de ellas, el 16 de diciembre de 2021, dejando una secuela de muertes, heridos, residentes sin hogar y conllevando unas condiciones de habitabilidad muy duras.

La isla fue declarada en “Estado de Calamidad” por el Presidente R. Duterte el 23 de diciembre de 2021, debido a la carencia de agua y alimentos, de medicación básica, de electricidad y comunicaciones de ningún tipo; casas y negocios fueron destruidos, así como la infraestructura, edificios públicos y barcas de pesca, y su naturaleza fue gravemente dañada.

Guillermo Latorre Miró, empresario valenciano de 34 años y residente en la isla de Siargao desde 2018, fue uno de los extranjeros que, a pesar de las dificultades, decidió no evacuar la isla tal como el Gobierno local y el Consulado recomendaban. Así pues, decidió permanecer e intentar ayudar en lo posible a la recuperación de la Isla.

Previamente al tifón, ofreció refugio en su establecimiento a sus vecinos en caso de que la situación deviniera peligrosa, pues éstos se negaban a evacuar sus casas hasta el último momento. Inmediatamente tras el tifón, la estructura de su negocio, que quedó muy dañada pero en pie, se convirtió en un refugio temporal para sus empleados y vecinos, cuyas casas estaban semi derruidas e inundadas. Hubo un par de días de shock tras tal impacto de la naturaleza y, al ver que no llegaba ayuda de ningún tipo a la isla, Guillermo pasó a la acción iniciando una campaña de cocinas solidarias para a los que lo habían perdido todo.

Con más improvisación que planificación, Guillermo organizó la primera cocina solidaria para alimentar a sus empleados y vecinos, con los stocks sobrantes de alimentos de los que disponía en su negocio. Sus empleados y vecinos más inmediatos no dudaron en arrimar el hombro, y empezaron a cocinar a diario para el vecindario y a hervir agua del pozo para poder ofrecer algo de beber a los vecinos, que ni siquiera disponían de agua. Gracias a la multitud de personas que colaboraron con su campaña, incluyendo grandes y pequeñas ONGs, fundaciones, colegios, universidades, así como empresarios y multitud de amigos en la distancia, en la siguientes semanas Guillermo consiguió empezar a establecer una red de cocinas solidarias en distintas ubicaciones de la isla, con el fin de cocinar para los habitantes de Siargao más necesitados y en las zonas más aisladas, algunas con acceso sólo por barco, priorizando siempre la alimentación de niños y ancianos.

Tras un gran empuje económico por parte de la World Central Kitchen del reconocido Chef José Andrés, en el mes de Febrero, el número de cocinas solidarias creció y llegó a ser de cinco, aumentando la capacidad productiva de las mismas y superando la cifra de 3.000-3.500 comidas servidas al día durante los meses de Febrero, Marzo y Abril de 2022. Tras cuatro meses de campaña y junto a un motivado equipo de más de 50 voluntarios liderado por Guillermo, habían conseguido superar las 239.000 comidas servidas, una cifra inimaginable de alcanzar en cocinas improvisadas a leña y sin refrigeración de ningún tipo, excepto hielo que podía llegar de otras islas por barco, de vez en cuando y con suerte. Simultáneamente a las cocinas solidarias, Guillermo recibió ayuda internacional que fue destinada a reconstruir cerca de 50 casas y tejados de las viviendas de todos sus empleados y de sus vecinos más cercanos en los barrios de Purok 1, General Luna y en Purok 3, Unión.

Durante Abril de 2022, a pesar de la ayuda recibida, la situación en la isla seguía siendo ciertamente desastrosa, sobre todo para la población local, con muchas zonas por reconstruir y sin conexión eléctrica, con problemas de distribución de alimentos y medicación y, a su vez, con la mayoría de la población sin trabajo y sin sustento estable, pues el turismo había desaparecido por completo de la isla.

Fundación por la Justicia en Filipinas

 

Lamentablemente, estaba empezando a cuajar la idea de que las cocinas solidarias no iban a resolver el problema de la falta de alimentos a largo plazo. Así pues, motivado Guillermo por el apoyo incondicional recibido por parte de familiares y amigos, y conocidos de estos, decidió lanzar la tercera fase de su campaña de ayuda de recuperación a la isla de Siargao: Dotar del medio de subsistencia a uno de los sectores más desfavorecidos de la isla: los pescadores locales. La idea fue la de atacar el problema de escasez de alimentos de raíz, mediante la construcción de bangkas, barcas de pesca a motor para las familias de pescadores que perdieron su medio de vida durante el tifón. Lo que empezó con la idea de construir una o dos barcas concluyó, tras meses de largo y laborioso proceso, con una flota de 9 embarcaciones de pesca a motor diesel de 16 caballos.

Gracias a la generosidad de los donantes y voluntarios de FUNDACIÓN POR LA JUSTICIA y, especialmente, gracias a la coordinación de José Mª Tomás y Tío y de Alejandro Mañes, el proceso de la construcción de la Barca FxJ se completó a finales de Junio de 2023 y, tras varios retoques y pruebas de navegación, ha sido donada a la Escuela Pública Primaria del pequeño barrio “Cambas-Ac”, ubicado en una zona del municipio de Dapa, con complicado acceso sólo por vía marítima.

El proceso de construcción ha sido completamente artesanal, tallando a mano un gran tronco de madera para conseguir el casco principal, y trabajando el bambú y otras maderas de distintas densidades para conseguir la flotabilidad y el equilibrio necesario en la Bangka. Los contratiempos logísticos y del proceso constructivo fueron mayores y más frecuentes de lo anticipado. En primer lugar, al ser la isla de Siargao una zona medio ambientalmente protegida, SIPLAS (Siargao Island Protected Landscape and Seascape), no se permite la tala y el comercio de ciertos tipos de maderas y troncos en la isla, por lo que hubo que buscar la forma de “importar” de otras zonas del país troncos ya cortados y en forma de grandes tablones para mantenerse dentro de la legalidad. Por otra parte, la falta de electricidad en ciertas partes de la isla y en ciertos barrios isla, (Anajawan y La Januza), ralentizó mucho el proceso, ya que este se realizó completamente de forma manual y solamente durante las horas de luz natural, sin poder trabajar los días de lluvia, ya que todo se realiza al exterior. Tras meses de construcción, las barcas comenzaron a surcar el Océano Pacífico, devolviendo así un medio de vida sostenible para las familias más vulnerables de Siargao.

A la hora de asignar las barcas a las familias receptoras, y con la finalidad de evitar disputas, la Autoridad local de cada barrio (Capitán del Barangay) o en algunos casos los Directores de los colegios públicos, aceptaron colaborar en la selección de la familia indicada para la donación de los barcos, debiendo éstos haber acreditado la pérdida de una embarcación a causa del tifón. En el caso de la barca Fundación por la Justicia, el Director del colegio público de Cambas-Ac (Colegio 132137), Mr. Bobby E. Navarro ha sido designado para gestionar la custodia de la Bangka, que será compartida por varias familias de pescadores mediante un sistema de turnos, así como por los estudiantes que necesiten transporte para desplazarse a la ciudad de Dapa desde Cambas-Ac.